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El Ojo Humano y la Cámara Digital (1ª parte)

Por Miguel Merino

El Ojo Humano y la Cámara Digital (1ª parte)


Estamos acostumbrados a leer sobre el rápido progreso de las cámaras digitales, con cada vez más mega pixels, sistemas anti-vibración, tecnologías de auto enfoque más precisos y una multitud de tecnologías cada vez más sofisticadas, que podemos tener la sensación de que son máquinas prodigiosas. Sin embargo, la cámara más sofisticada y perfecta sigue siendo el ojo. Y vamos a ver porqué.

El Ojo Humano: Una Máquina Increible

En primer lugar, hay que señalar que el funcionamiento del ojo humano se apoya sobre el ordenador más sofisticado y potente que existe en nuestro planeta: el cerebro. Lo que vemos es el resultado de lo que el ojo ha captado junto a lo que el cerebro ha procesado. La analogía en fotografía digital -salvando las distancias- sería la captura en bruto (el fichero RAW o los datos captados por el CCD) y la imagen procesada (en Photoshop o en el fichero JPG que la propia cámara ha generado a partir de los datos en bruto).

Muestra de este trabajo en equipo del ojo y el cerebro es el hecho de que el ojo humano en realidad ve el mundo al revés e invertido como en un espejo (igual que una cámara de banco óptico). Es el cerebro quien se encarga de corregir la imágen en los dos ejes. De hecho, los recién nacidos ven el mundo sin corregir (este el el motivo por el que a menudo miran en dirección opuesta al movimiento que intentan seguir).

Otro ejemplo es lo que sucede en la Fotografía de Arquitectura: si inclinamos la cámara hacia arriba para fotografiar un edificio alto, las verticales convergen. Y es lo mismo que le sucede al ojo humano, solamente que el cerebro se encarga de corregir la distorsión.

Visión Continua

Lo que vemos es en realidad un flujo constante de información cambiante que el cerebro va procesando constantemente, ensamblando imágenes para generar una visión del mundo que nos rodea. Es un proceso muy complejo y sorprendente.

Por ejemplo, aunque la visión conjunta de los dos ojos produce un campo angular de unos 130º, en realidad el area en el que en un momento determinado el ojo está enfocando es de tan solo 0,5º.  El resto de la imágen, permanece borrosa (de forma progresiva a medida que nos acercamos a los bordes). Todo esto sucede de forma rápida y continua y es por eso que no tenemos la sensación de que esto se está produciendo (imaginaros una cámara con un angular que cubre 90º pero que ¡solo 0,5º está enfocado!).

La Retina: el Sensor Perfecto

La retina contiene unos 7 millones de conos (capturan la luz roja, verde y azul) y unos 120 millones de bastoncillos (extremadamente sensibles al nivel de luz). La distribución de ambos tipos de receptores no es homogénea, ya que los conos se encuentran en la parte central de la retina. Esto implica que los bordes de nuestro campo de visión son siempre monocromáticos (incluso a plena luz del día). Sin embargo, los bastoncillos son capaces de detectar niveles de luz tan bajos como una única neurona (como punto de referencia, en condiciones de luz normales, nuestros ojos pueden reconocer unas 3.000 neuronas por segundo).

Muchos animales (las aves en particular) tienen un número muy superior de conos que los humanos, que les permite detectar presas a grandes distancias. Por contra, los animales nocturnos tienen un elevado número de bastoncillos para mejorar la visión nocturna.

En la 2ª parte del artículo veremos el ojo humano y la cámara digital en cifras: focal, apertura, ISO, resolución, velocidad de obturación…

Os dejo a continuación algunos enlaces de fotografía profesional de interés: Fotografia de InterioresFotografia de ArquitecturaFotografia Industrial Fotografia de Alimentacion.

 

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